Un entrenamiento divertido de running
El entrenamiento divertido de running es el tema de este post. Cuando hables con tus amigos, comprenderás que los resultados más importantes no se obtienen al completar una sesión de entrenamiento difícil o larga. Al contrario, el éxito es el resultado de la constancia y la continuidad en el entrenamiento.
Algo que no siempre es fácil, básicamente por dos razones:
- Hay que evitar las lesiones
- Hay que encontrar constantemente la motivación.
1. Dónde encontrar la motivación
La parte relacionada con la motivación es probablemente la más difícil de gestionar. Puede haber muchas razones para ello, pero está claro que cada persona es diferente y no todos estamos predispuestos de forma natural a la automotivación con éxito.
Entonces, ¿cómo mantener la motivación día tras día?
Parece una respuesta tonta, pero además de organizar los entrenamientos de forma que sean estimulantes desde el punto de vista metabólico, muscular y mental, es muy importante que también sean divertidos. Así es. No es cierto que correr sea aburrido y repetitivo o que el entrenamiento duro sea necesariamente sólo fatiga y «sufrimiento».
2. Entrenamiento divertido
Gran parte de la diversión proviene de la variabilidad de los estímulos. Esto es cierto en la vida en general, pero aún más en el entrenamiento: es esencial ser lo menos repetitivo posible. El problema es que muchas veces cuando uno corre tiende a ser monótono, eligiendo las mismas rutas y comprometiéndose con ritmos y distancias siempre muy similares entre sí.
De este modo, con el paso del tiempo, se llega a un punto muerto en el rendimiento: el cuerpo se adapta a este tipo de esfuerzo y deja de obtener beneficios efectivos.
Por lo tanto, después de haber comprendido y estudiado las propias características, el primer objetivo debe ser adoptar un sistema de entrenamiento completo y estimulante que mejore el rendimiento desde todos los puntos de vista.
¿En qué sentido?
A nivel muscular con un trabajo de carrera dirigido a aumentar la fuerza. Técnica y velocidad para mejorar el empuje, el apoyo y la frecuencia. Por último, carreras más largas para aumentar la resistencia y la capacidad de quemar grasa como fuente de energía. En pocas palabras, a lo largo de un mes, nunca debería haber una semana igual a otra.
3. Variabilidad
Variar los estímulos significa variar el trabajo, la duración y la distancia recorrida en cada entrenamiento. Al adquirir nuevos estímulos y descubrir diferentes sensaciones, no correrás el riesgo de aburrirte. Si la semana no es monótona, la motivación y la voluntad de entrenar con continuidad se mantendrán constantes en el tiempo. Por ello, la regularidad marcará la diferencia con respecto a los demás.
4. ¿Con o sin entrenador?
Evidentemente, lo que hemos escrito nos parece perfecto si tenemos un entrenador detrás. Y de hecho, la opción de que te siga un coach es sin duda una ventaja. Si nos resulta difícil conseguir ayuda desde nuestro interior, puede ser útil tenerla desde el exterior. Pero no todo el mundo elige la ayuda de un profesional.
¿Cómo gestionarse de forma autónoma?
La mayor dificultad radica en tener el entusiasmo necesario para empezar a entrenar cada vez. Sabemos bien que al final del entrenamiento nos sentiremos satisfechos gracias a la producción de endorfinas, pero antes de empezar, traemos con nosotros el cansancio de un día de trabajo, el estrés y quizás la incomodidad de un clima que no siempre es agradable.
Es aquí donde la motivación debe tomar el mando: debe ser la palanca que cada día nos haga dar ese primer paso que marque la diferencia entre un gran entrenamiento y una tarde anónima, pasada en el sofá quejándose del mal día o, peor aún, rumiando el hecho de no haber tenido fuerzas para salir a correr.
Tantos pequeños primeros pasos diarios serán, al final del año, los que marcarán la diferencia.
Correr para nosotros no es ni debe convertirse en un trabajo, por lo que la capacidad de terminar los entrenamientos será mucho más fuerte cuanto más nos divirtamos y obtengamos gratificación de los resultados.
Un consejo concreto es tratar de anteponer siempre recorridos diferentes que puedan estimular la curiosidad y sobre todo distraernos: así la atención del cerebro pasará del esfuerzo a la observación del entorno.
Entrenar con personas positivas y alegres es otro consejo fundamental. Sobre todo si no tenemos un objetivo que nos empuje a entrenar, salir en compañía nos permitirá compartir el compromiso y el esfuerzo y, sobre todo, nos obligará a tener una hora y una cita concreta a la que no podemos faltar.
Estos son sólo algunos trucos y estratagemas para hacer ejercicio de forma automática y que ayudan, día tras día, a vencer la resistencia inicial que, por el contrario, nos llevaría a aburrirnos en un sofá.
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Stefano Francescutti