Test sillín DPV Challenger

Ponemos a prueba el sillín DPV Challenger, un sillín aerodinámico con un excelente compromiso entre confort y rendimiento para largas distancias en bicicleta de carretera de la nueva marca DPV de Deporvillage.

Lógicamente, el sillín se trata de uno de los componentes más importantes de la bicicleta, sin duda el más delicado en términos de confort y bienestar físico y anatómico.

En época de mediciones biométricas, posicionamiento en el sillín por parte de profesionales del sector y maniática atención al detalle incluso en el ciclismo amateur, la elección del sillín es una de las más esenciales, teniendo en cuenta ante todo la calidad de los materiales, el diseño y la fabricación de los productos existentes en el mercado. 

1. Forma del sillín

A nivel de forma, el sillín DPV Challenger se adapta bien a mis medidas, teniendo idéntico ancho y largo, medio centímetro menos respecto al sillín que he utilizado (incluso en competición) durante aproximadamente un año. En concreto, las medidas del sillín DPV son 280×1400 mm.

2. Características técnicas

Antes de entrar en la experiencia de la puesta en práctica del sillín, vamos a hablar de las tecnologías utilizadas para su fabricación y sus puntos más fuertes.  

A partir de la tecnología de relleno AirFoam ofrece una espuma de alta densidad que permite el mejor compromiso entre la rigidez de construcción y la suavidad de las zonas de apoyo. La zona de contacto perineal presenta un canal anatómico que recorre el sillín a lo largo del eje central, reduce el contacto y la compresión de los tejidos blandos y tendones, eliminando el entumecimiento. Tiene el clásico orificio central que ayuda a prevenir problemas de próstata y que, personalmente, me parece muy cómodo.

La característica más importante del DPV Challenger es de cómo conectar el sillín, la estructura y la carcasa, utilizando las últimas tecnologías Atmos y Archtech Suspensión. Por un lado, Atmos, el sillín se conecta al amortiguador sin costuras visibles, haciéndolo totalmente impermeable, una característica muy importante para aumentar la vida útil del sillín y hacer posible un lavado más preciso y exhaustivo. La tecnología de suspensión Archtech, por otro lado, proporciona un sistema de conexión entre estructura y carcasa, lo que proporciona a todo el sistema una flexibilidad sorprendente e inesperada, que se traduce en un mayor confort y comodidad a la hora de pedalear. El chasis está realizado en cromo-molibdeno, por lo que ofrece una excelente resistencia mecánica sin sacrificar la elasticidad y flexibilidad adecuadas.

3. El diseño del sillín

Todas estas soluciones tecnológicas y constructivas se traducen en un sillín elegante, con formas deportivas, pero no extremas. Tanto los colores como los componentes brillantes de la superficie del sillín lo hacen muy atractivo.

4. La prueba de carretera

Pasamos a la puesta a prueba en carretera. Obtener una idea de un sillín en poco tiempo es fácil y difícil a la vez. Fácil en caso de que las sensaciones sean inmediatas y claramente negativas (y este no es el caso); de lo contrario, las evaluaciones a realizar son mucho más complejas y articuladas. Para entender y evaluar este sillín, decidí probarlo en diferentes rutas y velocidades. 

Empecé con un paseo tranquilo en terreno llano, para dar una vuelta de «conocimiento». Una vez evaluadas las primeras impresiones; la comodidad y el confort, pasé a un recorrido por las colinas con una marcha mucho más sostenida y seguidamente a un recorrido con largas subidas en Valsesia.

Mi respuesta fue positiva y entusiasta, así que decidí hacer de él mi sillín de forma permanente. Da lo mejor de sí en cambios de ritmo, cambios de posición y aún más, según mis impresiones, cuesta arriba cuando se pasa continuamente de pedalear de pie a pedalear sentado. En definitiva, en todas aquellas situaciones en las que se requiere un alto rendimiento. Se puede experimentar y comprender claramente la comodidad de la flexibilidad generada por la tecnología de suspensión Archtech. Durante la larga subida de Rimella, en Valsesia (aún más difícil por mi precario estado de forma después de las vacaciones de verano), cambié constantemente el ritmo y la posición en función de las fases de empuje, me subí a los pedales en las rampas más desafiantes. Todo esto sin sentir dolor, entumecimiento o molestias. 

5. Conclusiones

En mi opinión, el sillín DPV Challenger es ideal para quienes buscan el compromiso entre la comodidad, aspecto fundamental a la hora de comprar un sillín, y el rendimiento. Por lo tanto, es el producto perfecto tanto para el ciclista de fin de semana como para el más competitivo. Un sillín que se adapta bien a cualquier situación, ruta y ciclista.

Todos los productos DPV los encontrarás de forma exclusiva en Deporvillage

Alessandro Bergamo

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