Todo lo que necesitamos saber para una salida en bici segura y para poder arreglar las averías más comunes en ruta
Consejos para cuidar tu bici
Hace unas semanas impartimos un workshop super interesante en nuestro taller de Deporvillage Alcorcón de mecánica práctica para la bicicleta. Nuestro mánager del servicio técnico, Fer, nos explicó los pasos principales para realizar un mantenimiento correcto de nuestras bicicletas y algunos trucos para poder reparar las principales averías que podemos sufrir durante una salida. Un conjunto de explicaciones súper útiles para poder realizar salidas en bici seguras y con la confianza de que, en caso de avería, la sabremos reparar y no tendremos que llamar a nadie para que nos venga a buscar a mitad del recorrido.
Hoy queremos compartir con vosotros todos estos conocimientos con el objetivo de ayudaros a mejorar el mantenimiento que hacéis de vuestras bicis y para que aprendáis a arreglar estas averías que nos suelen ocurrir más a menudo cuando estamos en plena ruta.
Mantenimiento básico de la bicicleta
Empezamos con un básico, cómo limpiar y lubricar nuestra bicicleta correctamente. Y es que, aunque parece que es un paso súper sencillo que todos sabemos hacer, a menudo no lo realizamos correctamente. Vamos a ver cómo hacerlo de forma correcta!
- Pon la transmisión en plato pequeño y piñón grande.
- A continuación, aplica el producto desengrasante y deja que actúe durante 5 minutos. Mientras tanto, prepararemos los cepillos que vamos a necesitar para limpiar. Ten en cuenta que es muy importante tener los cepillos adecuados para la limpieza para no dañar los componentes.
- Comenzamos a limpiar la bicicleta, para ello procederemos a pedalear y, con el cepillo de transmisión, cepillamos los piñones ejerciendo un poco de presión. En el caso de bicicletas con dos o más platos, haremos el mismo proceso con cada uno de los platos y cambiando los piñones a la mitad y hasta el más pequeño. Con este proceso limpiaremos también el espacio que hay entre piñones y entre platos para poder sacar la mayor suciedad posible.
- Cuando hayamos acabado es la hora de lavar los componentes. Es importante NO hacerlo nunca con agua a presión porque penetra en las zonas de rodamientos y no nos interesa. Lo haremos idealmente con una esponja o paño de algodón. Seguimos con el lavado del resto de la bicicleta, aplicamos los productos de limpieza específicos para bicicletas y comenzamos a limpiar.
- Para las llantas y cubiertas, usaremos preferiblemente un cepillo específico de uso único para las ruedas.
- El último paso de este proceso de lavado será limpiar el cuadro, horquilla y el resto que nos falta de la bici. Para ellos utilizaremos un tercer cepillo.
¡Atención! El secado posterior es la parte más importante dentro del proceso de lavado de la bicicleta. Nos tenemos que asegurar que TODO quede bien seco y que no haya humedades, especialmente en transmisión, cojinetes y otras partes por donde pueda penetrar el agua.
Es muy importante hacer este primer paso de lavado correctamente y a conciencia porque para la lubricación es muy importante asegurarnos que la transmisión y otros puntos a lubricar estén lo más limpios y secos posible.
El lubricado de la transmisión se hace por el borde interno de la cadena. Nos fijaremos en el punto de inicio y pedaleamos aplicando el producto dando la vuelta completa y hasta que volvamos a llegar al punto de inicio. Ahora seguiremos pedaleando y cambiaremos de marcha para lubricar todos los piñones. Es importante que nos aseguremos de no lubricar en exceso. Periódicamente también engrasamos puntos clave como son los cambios, la tija del sillín, la unión manillar-potencia, el pedalier…
¡Y ya tenemos la bici limpia y lista para la próxima salida! Vamos a por la siguiente parte de la revisión de la bicicleta.
El ajuste de los frenos, aquí te daremos un truco básico para ajustar de la mejor manera los frenos en casa. Cuando hablamos de frenos, nos podemos encontrar con varias casuísticas. Si el freno nos roza un poco, lo primero que debemos hacer es comprobar que el disco no esté doblado. En caso de estarlo ¡stop! acude a un experto para que te ayude. Si no lo está, significa que la pinza de freno no está del todo bien ajustada. Con una llave de allen de la medida correcta, soltaremos un par de vueltas de cada tornillo de la pinza de freno. Ahora giramos la rueda y frenamos. Repetimos la operación un par de veces y la última vez lo que haremos es dejar el freno pulsado y proceder a apretar los tornillos otra vez. Este proceso lo haremos poco a poco a ambos tornillos para evitar que la presión de uno tuerza la pinza. Una vez más, si tras hacer este proceso persiste el ruido, te recomendamos que acudas a un taller de confianza.
Finalmente, otro proceso de mecánica que todo ciclista debería saber hacer es el del ajuste de los cambios. Poderlos revisar personalmente nos permitirá salir con la confianza de que la bicicleta va a responder correctamente a todo lo que le pidamos. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el cambio se ajusta mediante la tensión. Antes de comenzar con el ajuste, debemos empezar por verificar que la patilla de cambio está derecha. Si estuviera un poco doblada, nuestro cambio nunca estará ajustado al 100%. ¡Muy bien! ya hemos comprobado la patilla y está totalmente recta. Ahora procedemos a ver los topes de nuestro cambio. Son los dos tornillos que están referenciados con la letra H (high) a los piñones pequeños y L (low) a los grandes.
El tope H nos regula el cambio para que la cadena no salga hacia afuera. En cambio, el tope L es el que regula que el cambio no saque la cadena hacia los radios. Ya tenemos los topes ajustados. Pasamos a la tensión del cable. Si a nuestro cambio le cuesta subir, tendremos que añadir tensión con el regulador. Si por el contrario lo que cuesta es bajar, tendremos que quitar tensión.
Mecánica en ruta – ¡No te quedes tirado!
Ahora que ya sabemos las claves del mantenimiento básico de la bicicleta, procedemos a aprender a reparar algunas de las averías más comunes en nuestras salidas.
Las roturas de cadena son una de las averías más comunes y que nos pueden hacer terminar una salida a la fuerza si no sabemos solucionarlo. Si contamos con un pin rápido lo que tendremos que hacer es reparar la cadena de modo que nos queden dos eslabones <hembras> (el eslabón interno), donde podremos el eslabón rápido “quick link”. En el caso de no tener un eslabón rápido, ¡no lo tenemos todo perdido! si lo hacemos con mucho cuidado, podremos reparar la cadena. Para ello lo que hacemos es empujar el bulón sin sacarlo del todo. A continuación, pondremos el bulón que está en el eslabón macho con el hembra y los juntamos con el troncha-cadenas. Esta reparación no nos permitirá seguir con la ruta pero sí llegar a casa tranquilamente sin necesidad de tener que encontrar a alguien que nos venga a buscar. Nosotros siempre os recomendamos llevar encima un eslabón rápido y herramientas para poder seguir con tu entreno.
Sin duda alguna, la avería más común son los pinchazos. Aunque llevemos líquido anti pinchazos, nos puede pasar que nos encontremos con algún elemento que nos haga pinchar, sobre todo si no hemos revisado el líquido en los últimos días y ya hace días que lo pusimos. Lo que haremos en este caso es, en primer lugar, verificar qué ha ocasionado el pinchazo y, de seguir ahí, retirarlo. En el caso de llevar cámara, destalonaremos el neumático y procederemos a cambiar la cámara pinchada. Antes de volver a colocar la cámara nueva revisaremos de nuevo la cubierta por dentro para asegurar que no hay ningún resto del elemento que nos ha hecho pinchar. Tras asegurarnos de ello, colocamos la cámara de repuesto y volvemos a poner la cubierta. En el caso de que el elemento que haya sufrido el daño sea la cubierta y que tenga algún agujero grande, buscaremos algún elemento que nos permita taparlo. Por ejemplo, un trozo de cámara antigua, un fragmento de neumático viejo, un trocito de cartón… llevar elementos que nos puedan ayudar en estos casos nos facilitará realizar una reparación que nos permita llegar a casa.
Otra avería muy común es que se nos doble la patilla del cambio. Se trata de una pieza muy frágil e intentar enderezarla puede ocasionar su rotura total. Para intentar enderezarla tendremos que proceder de forma muy progresiva y con paciencia. No podemos aplicar mucha fuerza. Intentaremos que la patilla quede lo más derecha posible para que nuestro cambio vuelva a funcionar correctamente. Ante estas averías recomendamos llevar la bici al taller para que puedan revisar la patilla, acabar de enderezarla con la herramienta adecuada, y ajustar el cambio.
Por último, una avería muy molesta es el ruido del freno. Si se produce al frenar, lo más probable es que las pastillas se hayan contaminado (tengan suciedad). En este caso cuando lleguemos a casa podemos probar a limpiar la pastilla. Para ello lijamos la primera capa de la pastilla hasta que saquemos la suciedad, le ponemos alcohol, le prendemos fuego y dejamos que se enfríe. También tendremos que limpiar bien el disco de freno para asegurar que también le eliminamos la suciedad. Si el ruido persiste la mejor opción será cambiar las pastillas por unas nuevas. Si por el contrario el ruido se produce al andar provocando la sensación de que está rozando, es posible que el problema derive del disco y que éste esté un poco doblado. Para revisarlo lo que haremos es aflojar los tornillos de la pinza y girar la rueda. Frenamos fuerte un par de veces. A la tercera vez que frenamos mantendremos presionado el freno, y apretaremos los tornillos de la pinza progresivamente.
Y hasta aquí las claves para un mantenimiento básico de la bicicleta y para poder arreglar las averías principales.
¡Salud y pedales!