Mantenimiento de tus frenos de disco. Hazlo tú mismo
¿Existe algún elemento de seguridad más importante en nuestra bicicleta que los frenos? Evidentemente, no. Por ese motivo, es fundamental que tengas siempre los frenos de tu bicicleta en perfecto estado. No es nada complicado, sólo debes ser algo cuidadoso y tener ciertos conocimientos que queremos compartir contigo en este artículo. Presta atención y aprende con Deporvillage cómo debes revisar los frenos de disco de tu bici, hacerles un sencillo mantenimiento y llevarlos al taller cuando requieran de alguna reparación específica.
1. Todo comienza por la revisión
Los frenos hidráulicos están formados por varias piezas y componentes instalados en tu bicicleta. Cada uno de los cumple con una función específica y, por supuesto, están expuestos a un desgaste por el uso, pero también a posibles golpes, accidentes o deformaciones. Es importante que compruebes, visualmente, el estado de cada una de estas partes como primer paso en el mantenimiento de tu sistema de frenado.
2. Fíjate en las manetas
Debes asegurarte que no tengan ninguna holgura en el movimiento de sus palancas, algo que podría derivar en una rotura de la misma e incluso pérdida en el tacto de la frenada. Pero no menos importante, asegúrate también de que no existe ninguna fuga de líquido, algo que es fácil de detectar en las zonas próximas a la tapa del depósito de líquido de freno. Fugas de líquido harían perder potencia de frenado y tacto de las manetas. Recuerda además que siempre deberías usar el líquido recomendado por el fabricante de tus frenos.
3. Fíjate en los latiguillos
Es quizás uno de los elementos a los que menos prestamos de nuestro sistema de frenado. Sin embargo, están expuestos a torsiones, contacto o roce constante con el cuadro y a posibles enganchones con ramas o vegetación. Asegúrate que no estén pelados o doblados de manera excesiva. Comprueba también si tiene algún tipo de fuga en sus extremos, tanto en la boquilla de entrada desde la maneta como en la de salida hacia la pinza de freno.
4. Fíjate en las pinzas
Este elemento es de los más importantes en el sistema de frenado, pues es donde se realiza la acción mecánica de frenado del disco. Lo más importante que debes hacer es asegurarte que no existe ninguna fuga de líquido en ellas. De ser así, no sólo estarías perdiendo potencia de frenado, sino que se estarían contaminando las pastillas de freno que se albergan en el interior de la pinza. Unas pastillas impregnadas con líquido de freno se vuelven inutilizables, pierden la capacidad para frenar y además dejan también inservible el disco.
5. Fíjate en las pastillas
Como hemos comentado, lo más crítico que le puede ocurrir a las pastillas es que se contaminen por una fuga de líquido. Otra cuestión fundamental es comprobar su nivel de desgaste. Se recomienda sustituirlas por otras nuevas cuando su grosor sea inferior de 0,5 mm.
Recuerda que también es muy recomendable cambiarlas cuando sustituyas tu disco de freno por otro nuevo.
6. Fíjate en los discos
En cuanto a los discos, deberás fijarte en varios aspectos si quieres tenerlos siempre en perfecto estado. En primer lugar, que no estén deformados por las altas temperaturas y el sobreuso. Esto es algo fácil de detectar sólo con un visionado del perfil del disco. El color del disco también puede ser indicativo del estado de conservación del mismo. Si ha perdido color o presenta múltiples tonalidades de color puede haberse recalentado en exceso y haber perdido propiedades de evacuación de temperatura y retención. Se recomienda sustituir los discos cuando su grosor sea inferior a 1,5 mm
Con estos «checkpoint» podrás hacer una revisión rápida de los frenos de tu bicicleta y detectar posibles desgastes, como el de los discos o pastillas, que podrás hacer incluso tú mismo en casa. Sustituir el líquido de frenos o purgar el circuito son operaciones que puedes hacer tú mismo, pero requieren de ciertos conocimientos en mecánica y herramientas, con lo que te recomendamos acudir a un taller autorizado para que lo solucionen.
Debido a las elevadas temperaturas que soporta, se recomienda cambiar el líquido de frenos una vez al año para ciclistas recreativos y dos veces al año para quienes se dedican al descenso, enduro o mountain bike de competición en cualquier disciplina.