Lavar tu casco de ciclismo ¿Cómo se hace?

Uno de los accesorios a los que menos se le suele prestar atención y por el contrario, más requiere de nuestros cuidados, es el casco. Un elemento que, además de protegernos en caso de impacto en la cabeza, está en permanente contacto con el sudor de nuestra piel. Esto hace que requiera de lavados regulares si, además de mantener una cierta higiene, queremos alargar su vida útil. A continuación te contamos cómo lavar tu casco de ciclismo.

1. La zona de contacto

Las partes del casco que están en contacto directo con nuestra piel son la zona de las almohadillas interiores, su estructura de ajuste posterior u occipital y por supuesto, las correas de sujeción que rodean nuestro rostro y cuello.
Estas son las partes que, normalmente, más cuidados de limpieza requieren, pues tienden a deteriorarse con el tiempo y la acumulación de humedad y sales desprendidas por el sudor.

2. No es una prenda de ropa

Es evidente que, aunque necesite ser lavado, no podemos tratar a un casco de bicicleta como si se tratara de un simple jersey. Su estructura contiene elementos plásticos. Diferentes conglomerados e incluso elementos pegados entre sí, como es el caso de la superficie exterior y la carcasa o estructura matriz, adheridos dentro del propio molde en el que se fabrica el casco, en lo que viene a llamarse concepto o tecnología «In Mold».
Estas circunstancias hacen que debamos adaptar el proceso de lavado cuando queremos mantener limpio nuestro casco, además de tomar algunas precauciones para hacerlo de la manera menos agresiva posible para su estructura.
Veamos cómo hacerlo.

3. Limpia la superficie con delicadeza

Si tu salida ha estado llena de barro y humedad, lo más normal es que llegues a casa con la superficie del casco sucia. Esta suele ser una carcasa plástica, en acabado mate o lacado dependiendo del modelo, pero que en cualquier caso, requiere un lavado suave para no ser rayado.
Para ello, lo más adecuado es que limpies la superficie, incluida la visera que en muchos casos es desmontable, con una esponja blanda y humedecida de agua tibia y jabón. Desliza la esponja sin aplicar mucha fuerza contra la superficie.

4. Correas, lavar con más contundencia

Debido a su superficie rugosa, las correas son el elemento del casco en donde más suciedad suele acumularse. por ese motivo, en esta zona necesitarás frotar con un estropajo o cepillo si quieres conseguir una limpieza total. Aplica con ellos agua tibia y jabón también con ph neutro.

5. Las almohadillas en la lavadora, pero con cuidado

Si eres extremadamente cuidadoso, también se podrás lavar las almohadillas interiores con una esponja. Sin embargo y siendo prácticos, estas admiten sin problemas ser limpiadas en la lavadora, utilizando eso sí, programas de lavado con agua a temperatura nunca superior a 30ºC y jabones neutros.

6. Secado a mano, siempre

Una vez hemos lavado elementos como la superficie, pero también las almohadillas o las correas, debemos siempre proceder al secado manual del casco. Nunca hacerlo con una secadora o exponiéndolo directamente al sol, pues las altas temperaturas pueden afectar a la estética y lo que es más importante, a la solidez y resistencia de la estructura.
Lo más adecuado es secar las diferentes partes de tu casco con un trapo suave y seco. Si lo haces así, alargarás el tiempo del que puedas disfrutar de él.

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