Las 5 reglas para cuidar tu casco de ciclismo
¿Cómo debemos cuidar nuestro casco de ciclismo? Hoy vamos a aprender algunas de las recomendaciones para alargar su durabilidad.
La premisa básica es que los cascos de ciclismo no son eternos. Si observamos el manual de instrucciones en la caja, podemos leer claramente que es necesario sustituirlos en caso de accidente y, en cualquier caso, cada pocos años: que levante la mano quién lo hace realmente. Siendo sincero, yo soy el primero a quién le cuesta cambiar de casco, sobre todo cuando parece estar todavía en perfecto estado.
A raíz de este asunto, vamos a intentar entender por qué hay que sustituir el casco cada pocos años y, sobre todo, qué cuidados podemos adoptar para alargar su vida útil.
1. De qué están fabricados los cascos
La mayoría de los cascos para ciclismo (tanto los caros como los baratos) están hechos de EPS, es decir, de poliestireno situado en el interior. Actualmente, es el mejor material disponible para la fabricación de cascos aunque, como todo, también tiene sus límites.
2. Regla 1 – Protegerlo de los golpes
La función del EPS es absorber los golpes. Lo que hay que saber es que existe una relación entre el grosor del casco y la abolladura en caso de impacto: una abolladura de 1 mm en una capa de 2 cm de grosor, significa una pérdida de absorción del golpe del 5% en caso de caídas.
Si empezáramos a fijarnos en todos los golpes más pequeños, nos preocuparíamos más por este asunto. Por lo tanto, la primera norma para que nuestro casco dure más es protegerlo del desgaste, golpes y choques. Es importante tener cuidado durante el transporte, incluso en la bolsa para la bici o en los viajes en avión.
3. Regla 2 – Protegerlo de las temperaturas elevadas
El pegamento que sirve para ensamblar los cascos se deteriora con las altas temperaturas, que pueden provocar que se seque, dejando que algunas componentes se evaporen, o bien que se vuelva líquido.
Por este motivo, no hay que dejarlo en el coche bajo el sol durante mucho tiempo, ya que podría alcanzar una temperatura de 50º, un umbral que no hay que superar.
4. Regla 3 – Que no entre en contacto con solventes y sprays
Para preservar el pegamento, siempre es mejor evitar la limpieza o el contacto entre el casco y solventes químicos: pueden ser muy agresivos con el pegamento y alterar las cualidades mecánicas.
5. Regla 4 – Evita cámaras y otras objetos que sobresalgan
Todo lo que se pega al casco puede ser perjudicial en una caída, además de alterar sus propiedades mecánicas del casco. Recomendamos evitar el uso de cámaras, luces u otros objetos montados en el casco.
6. Regla 5 – Lavarlo y esterilizarlo cuidadosamente
¿Hay que lavar el casco porque está muy sucio? Podemos hacerlo con agua y jabón neutro.
Después, es mejor dejar que se seque en un ambiente ventilado, evitando el uso del secador de pelo.
De todos modos, aunque cuides tu casco como si de un bebé se tratara, aconsejamos cambiarlo cada dos años como mucho: este consejo vale también para los que somos unos cabezas duras (y somos muchos).
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