Grandes rutas de senderismo por los Pirineos

A mediados del siglo XX el naturalista francés Henri Viaux tuvo la idea de señalizar la primera ruta de senderismo de montaña. La idea era popularizar el senderismo para aquellos que no tenían experiencias con los mapas o la brújula. Hoy el senderismo es un fenómeno social que no para de crecer. Aquí te presentamos una selección de los mejores tramos de una de las sendas de gran recorrido europeas más reconocidas: el GR 11 Senda Pirenaica. Una gran opción para disfrutar de los fines de semana, puentes, vacaciones de Semana Santa y de verano.


Los tres Pirineos

Los Pirineos, de cabo a cabo, esto es lo que propone el GR 11 Senda Pirenaica. Abarca desde el cabo Higuer en el Cantábrico al cabo de Creus en el Mediterráneo, atravesando la segunda cordillera más alta de Europa, con más de doscientos picos por encima de los 3.000 metros. La vertiente española de los Pirineos es muy diversa, con tres áreas muy diferenciadas. Por ejemplo, los Pirineos catalanes presentan valles más cerrados, perpendiculares al eje este – oeste, muy marcados por los cursos de los ríos, y con un notorio cambio de paisaje a medida que se acercan al Mediterráneo. Por su parte, el Pirineo vasco-navarro tiene picos más bajos, sus bosques son más frondosos, y cuenta con valles amplios y suaves colinas. Y finalmente el Pirineo aragonés es el más alto y salvaje, con el mayor número de picos por encima de los 3.000 metros y los paisajes más escénicos. 

Pirineo vasco-navarro

Desde el cabo Higuer en el Cantábrico hasta la frontera con Aragón, el GR 11 tiene una longitud de 160 kilómetros. Su paisaje es diverso, y va cambiando a medida que gana altura, desde las verdes praderas donde pastan las ovejas a los ondulados collados. Atraviesa valles como Baztán y Salazar, y a medida que se aproxima al Pirineo aragonés la elevación aumenta y empiezan a aparecer cumbres más peladas.

El primer tramo del GR 11, desde su inicio hasta la localidad de Bera es muy recomendable para iniciarse, ya que discurre junto al mar en los primeros kilómetros en una zona con multitud de pueblos. Poco a poco abandona los núcleos urbanos y el trayecto descubre los maravillosos y frondosos bosques de hayas del parque natural de Aiako Harria. Después de coronar el Erlaitz entra en Navarra, pasando junto al embalse de Endara, antes de afrontar el último collado hasta Bera. 

Otro interesante tramo del GR 11 vasco-navarro es el que atraviesa el macizo de Alduides para bajar después al valle de Aezkoa. Desde Burguete, donde se cruza con el Camino de Santiago, la senda asciende entre bosques atlánticos e idílicas praderas. La Selva de Irati es otro de esos lugares mágicos por donde pasa el GR 11. Cruza su parte sur pasando por los macizos rocosos de Berrendi y Abodi, donde se puede contemplar el espectáculo de los acantilados de Martxate.

Pirineo aragonés

Dicen que sobre gustos no hay nada escrito, pero es difícil negar la majestuosa belleza de los Pirineos aragoneses. El recorrido del GR 11 por Aragón es un desafío físico por los grandes desniveles a salvar. ¡En 246 km se suman casi 14.000 metros de ascenso positivo! Pero las recompensas bien valen el esfuerzo. Permite contemplar cómo los antiguos glaciares han dejado paso a lagos (ibones) y su acción erosiva ha creado depresiones semicirculares rodeadas de abruptos muros de roca (circos). Pasa también cerca del pico más alto de los Pirineos, el Aneto. Y visita la cascada Cola de Caballo, quizás la más espectacular de los Pirineos. 

Dado que el GR 11 a su paso por Aragón pasa por parques nacionales como el de Ordesa y Monte Perdido o Posets-Maladeta, estos se presentan como una elección muy interesante para realizar una ruta circular que recorra parte del sendero GR 11. El valle de Ordesa incluye maravillas como las gradas de Soaso, una serie de cascadas escalonadas que descienden desde el circo de Soaso. Y por supuesto la antes mencionada Cola de Caballo, una cascada de 54 metros declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997.

Por su parte, el parque nacional de Posets-Maladeta ofrece también estampas de ensueño. Subir al puerto de Chistau, a 2.592 metros de altura, permite asomarse a un mirador privilegiado del macizo de Maladeta y sus varios picos por encima de los 3.000 metros. Las Gorgas de Calantes parece uno de esos lugares salidos de un cuadro: un desfiladero estrecho por el que bajan con gran estruendo las aguas del río Estós. Aún en la Maladeta, los ibones de Vallibierna son de los más bonitos del Pirineo, y a sus 2.500 de altitud, ofrecen una visión privilegiada del Aneto.

Pirineo catalán

Las cumbres y valles del Pirineo catalán no son quizás tan majestuosas, pero su belleza es igualmente sorprendente. Además, es quizás la parte de los Pirineos más diversa en cuanto a paisajes, ya que ofrece una interesante transición hacia los climas y paisajes mediterráneos a medida que nos acercamos al mar Mediterráneo. Pero como puro paisaje pirenaico, uno de los lugares que destacan del Pirineo catalán es el Parque Nacional de Aigüestortes. En medio de este conjunto de afilados picos se concentran más de doscientos lagos de alta montaña, rodeados de verdes prados y bosques frondosos. El GR 11 pasa por el lago de Colomer y su refugio, desde donde se pueden realizar espectaculares rutas. 

La Vall d’Aneu es otro de los destacados de la senda GR 11. Este impresionante valle está dominado por la silueta del Mont Caubo, y es típico de los Pirineos catalanes por su orientación norte – sur. De hecho, esta disposición, hace que si hacemos el recorrido del GR 11 en sentido oeste – este, la ruta hace un exigente sube y baja por los distintos picos que permiten pasar de este valle al de Cardós y después al valle de Estaon. En esta zona, de gran tradición ganadera, se encuentran las típicas bordas, construcciones rústicas que servían de establo o pajar, y también pueblos encantadores como Tavascan o Estaon.

Cerca del mar Mediterráneo los paisajes del GR 11 son de media montaña y tienen una sensacional continuación en la sierra de Rodes, frente al mar. El monasterio de Sant Pere de Rodes es un gran final, o principio, según se mire, para un recorrido pirenaico espectacular. Y muy cerca está el Cap de Creus, un espacio natural que parece sacado de otro planeta con su tortuosa y rocosa costa. 

Esta primavera y verano, te invitamos a disfrutar de esta ruta, o tramos de ella, con amigos, en pareja o en familia ya que permite adaptar el recorrido a las características que quieras. 

Equípate para tus rutas de senderismo en deporvillage.com

Dani Gómez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *