El equipo necesario para el esquí alpino
Pistas empinadas, curvas heladas, clima no siempre favorable. Una cosa es evidente: el esquí alpino exige mucho de ti y de tu equipo. Además de todo esto, es sobre todo la velocidad lo que hace que este deporte de invierno sea tan atractivo. El éxito en las pistas requiere una técnica de esquí depurada, valor, mucha fuerza y el equipo adecuado. Hoy tratamos de entender por qué el equipo de esquí es tan importante y cómo los productos adecuados pueden ayudarte a alcanzar tu máximo potencial.
1. Esquís y fijaciones
Si eres principiante, nuestro consejo es que alquiles los esquís con las fijaciones ya montadas. El técnico de la tienda de alquiler te ayudará a elegir los esquís adecuados y a adaptar las botas a tus esquís, en función de tu peso corporal, tu experiencia en el esquí y tus planes.
Si prefieres comprar los esquís, tendrás que tener en cuenta varios factores a la hora de escogerlos. En primer lugar, es muy importante que seas consciente del tipo de esquí que practicas, tu nivel técnico, estado de forma, el tipo de terrenos a los que te gusta ir… Sé honesto en la respuesta a estas preguntas para poder seleccionar correctamente el conjunto de esquís y fijaciones que necesitas comprarte.
2. Bastones de esquí
Los bastones de esquí ayudan a mantener el equilibrio en las pistas. En general, para elegir bastones de la altura adecuada para ti, ponlos boca abajo y colócalos en el suelo. Coloca tu mano debajo de la roseta del bastón, tu codo debe formar un ángulo de 90 grados. Si los bastones son demasiado cortos, el balance podría desplazarse demasiado hacia delante al plantar los bastones en la nieve durante los giros. Si los bastones son demasiado largos, es probable que el balance se desplace demasiado hacia atrás, aumentando la probabilidad de una caída.
También hay una multitud de bastones telescópicos que permiten cambiar la altura según sea necesario. La elección del material es un factor importante y sólo probando las diferentes opciones podrás tomar la decisión final.
3. Botas de esquí
Las botas de esquí deben ajustarse bien al pie. Cuando se atan las botas y se doblan las rodillas, debe haber algo de espacio para que los dedos del pie se muevan. Las botas demasiado anchas, por ejemplo, reducen el control sobre los esquís. El forro de la bota se encoge durante la práctica del esquí, así que asegúrate de que no sobra espacio en las botas. Por lo general, el ajuste de las botas se puede modificar posteriormente para que quede más espacio, pero es imposible hacerlas más pequeñas. Puede ser necesario probarse varias botas, de diferentes marcas o modelos masculinos y femeninos, para encontrar el ajuste adecuado.
Como con los esquís, a la hora de elegir las botas tienes que hacer un ejercicio de honestidad y analizar muy bien cuál es tu nivel de esquí, tu estado de forma, el tipo de esquí que practicas…
4. Calcetines
Para obtener la máxima comodidad, usa sólo un par de calcetines, preferiblemente los que superan la altura de las botas de esquí. No hay alternativa: los calcetines deben ser técnicos.
5. Casco
Lo que hace unos años era un extra opcional, ahora es una obligación. Las investigaciones dicen que los cascos de esquí reducen el riesgo de lesiones en la cabeza en al menos un 29%.
Los cascos de esquí están aislados y protegen de los impactos, pero sólo si se ajustan a la cabeza. Una vez abrochado, el casco no debe moverse al girar el cuello. Ten cuidado porque los cascos no son eternos y, sobre todo si ya han sufrido un impacto, hay que sustituirlos.
6. Máscaras y gafas de sol
Independientemente del tiempo que haga, necesitará protección para los ojos. Incluso en los días nublados, estará expuesto a los rayos UV, no sólo desde arriba, sino también reflejados por la nieve. Para esquiar en condiciones suaves, suelen ser suficientes unas gafas de sol con una protección UV del 100%. Para condiciones más frías o con nieve, viento o lluvia, las máscaras ofrecen una mejor protección.
7. Ropa
Para el esquí alpino se necesitan tres capas de ropa: una capa base como la ropa interior térmica, una capa aislante que generalmente consiste en un forro polar y/o una chaqueta de plumón o algo similar como el polartec y, por último, una capa exterior resistente al viento y al agua. Las condiciones meteorológicas pueden cambiar rápidamente, al igual que la temperatura corporal: un minuto tendrás calor por el esfuerzo de esquiar, y al siguiente tendrás frío sentado en un telesilla que se ha detenido. Incluso con buenas condiciones meteorológicas es probable que acabes en la nieve, lo que hace necesario un equipo impermeable en todo momento.
Los trajes o chaquetas de esquí y los pantalones están hechos de materiales que impiden el paso del agua y permiten que la piel respire.
8. Guantes o manoplas
Los guantes o manoplas de esquí protegen las manos durante las caídas y las mantienen calientes. Elige guantes o manoplas impermeables que alejan la humedad de la piel. Las manoplas pueden restar algo de destreza, pero suelen mantener las manos más calientes en condiciones de frío.
9. Protección contra el sol y el viento
Aplica un protector solar y un bálsamo labial antes de esquiar. Guarda la crema solar en el bolsillo para aplicarla de nuevo según lo indicado en el envase. Si decides no llevar casco, usa una gorra incluso en condiciones no demasiado frías.
10. Hidratación
Mantenerse hidratado ayuda a mantenerse alerta mientras se esquía, puede ayudar a prevenir calambres musculares y ayuda a la recuperación después de esquiar.
La forma más fácil de satisfacer tus necesidades de hidratación es utilizar una mochila de hidratación. Se recomienda beber unos 300-400 ml antes de esquiar y 250 ml (1 vaso) de agua o bebida deportiva cada 20 minutos de esquí y durante una hora después de esquiar.
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