Correr en la nieve: consejos y equipamiento
La nieve, o te gusta o no te gusta. A los que les gusta, la aman muchísimo. Porque estar en la nieve es como volver a ser niños, es divertido, y correr en la nieve es una experiencia increíble. Es más extenuante y entretenido que correr por la carretera: la nieve crea un terreno resbaladizo y desigual que no permite correr ágilmente y sin problemas. La superficie en la que se corre cambia muy a menudo. Asfalto húmedo, insidiosas placas de hielo y nieve fresca (la más bonita) que es un poco como la arena del invierno. El impulso de la pierna debe ser mayor y la velocidad disminuye. Si estás en la montaña, la diferente altitud y las condiciones morfológicas hacen que el movimiento sea aún más difícil. La nieve entrena mucho y el esfuerzo somete al corazón a un mayor estrés y a cambios de ritmo frenéticos, como ocurre en los entrenamientos de serie.
1. Equipamiento necesario
Hace frío, pero correr calentará tu cuerpo rápidamente. El único problema es que el sudor se congela antes, por lo que es importante utilizar material técnico y termorregulador. Lleva los pantalones habituales, a poder ser eligiendo unos un poco más gruesos. Una camiseta de manga larga transpirable contra la piel y un jersey más grueso encima, más protector y térmico. También será necesaria una chaqueta cortavientos para protegerte del aire en caso de sudor. Elige un gorro transpirable para mantener el calor en tu cabeza y guantes ligeros de running. Correr a temperaturas bajo cero no daña los pulmones, pero la introducción directa de aire muy frío puede, sin embargo, irritar la garganta. Protégete respirando a través de una bufanda, un pañuelo o un pasamontañas.
2. Zapatillas
Se recomienda una zapatilla de trail running: protectora, posiblemente con Goretex para garantizar una impermeabilidad suficiente, con un buen diseño de la suela y un buen aislamiento térmico. Es importante utilizar un calzado con suela de agarre para la nieve. Las zapatillas de running clásicas tienen una parte superior de malla transpirable para permitir que el pie respire, pero en este caso, necesitas exactamente lo contrario: calentarlo y protegerlo del agua. Hay zapatillas con una polaina integrada que impide que la nieve entre en el pie (si no, puedes optar por polainas separadas).
3. Crampones
En primer lugar, hay que distinguir entre los crampones clásicos de alpinismo y los crampones para correr o hacer senderismo.
Los primeros forman parte del equipo esencial para el alpinismo y el esquí de travesía en la nieve y en el hielo, pero también para el trekking invernal en senderos escarpados y expuestos. Se diferencian según su uso.
El mercado ofrece crampones para el alpinismo clásico, el esquí de travesía y la escalada en hielo. Estos constan de una estructura metálica (de acero o aluminio) con varias puntas (normalmente 12) y un sistema de cordones que los estabiliza a la bota. El uso del crampón clásico va casi siempre acompañado del uso del piolet.
Por otro lado, los crampones para correr o hacer senderismo se han popularizado en los últimos años debido a su utilidad y facilidad de uso. Se adaptan fácilmente a cualquier zapatilla o bota mediante una banda elástica, las puntas son más cortas que las de los crampones clásicos y permiten afrontar con seguridad caminos forestales y senderos cubiertos de nieve o helados, a no ser que sean demasiado empinados, y permiten caminar por carreteras nevadas en la montaña.
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Karen Pozzi