Correr e hidratarse: Cuándo beber y cómo llevar agua
El atleta no debe en ningún caso descuidar su hidratación, es necesaria para mantenerse en buen estado y lograr un rendimiento cada vez mayor. Una pérdida de líquidos de sólo el 2% del peso corporal tendría consecuencias negativas en el rendimiento y las pérdidas mayores podrían incluso afectar a la salud. Las necesidades de agua de cada deportista varían en función de diferentes factores, pero en general serían de 1 ml por kcal consumida durante el día. Obviamente, el deportista necesita beber mucho más, especialmente antes, durante y después del entrenamiento.
1. ¿Cuándo beber?
Como ya se ha mencionado, la estrategia correcta es comenzar a practicar su disciplina ya bien hidratado y compensar las pérdidas adicionales durante el ejercicio. Por esta razón, es aconsejable que el día antes de una carrera o un entrenamiento exigente se tomen 400-600 ml cada 2-4 horas hasta el momento de la salida. Es importante saber que durante la actividad física no hay que esperar a la sensación de sed porque en ese momento ya se tendrá un bajo suministro de líquidos. Por lo tanto, una buena regla empírica es beber 150-350 ml de líquidos cada 15-20′ y en actividades de más de una hora mezclar el agua con azúcares. La pérdida de líquidos a través de la transpiración continúa incluso después de haber terminado la actividad física, por esta razón es bueno seguir bebiendo agua cuando ya se está en reposo.
2. ¿Cómo puedes llevarte agua durante la carrera?
Existen varios soportes para líquidos en el mercado. Entre los más cómodos y menos engorrosos se encuentran los flask, unas botellas de agua blandas que se comprimen conforme se van vaciando, eliminando así la incomodidad del líquido que se mueve dentro. El valor añadido de este producto es que permite beber directamente sobre la pista y ser colocado en soportes que permanecen bien adheridos al cuerpo sin obstaculizar el movimiento. Es el caso de mochilas o cinturones y se elige uno u otro en función de las preferencias del corredor, la facilidad y velocidad de uso, así como el ritmo del atleta.
Una de las marcas más utilizadas es la de Salomon, que fabrica flasks con diferentes capacidades. Desde 125 mililitros hasta 500, con un tamaño intermedio de 250. Todos los productos están fabricados en poliuretano termoplástico, sin PVC nocivo, tienen prácticas válvulas con potente chorro y no se abren accidentalmente.
El flask de Salomon se puede insertar en mochilas ajustadas como los de la gama S/Lab que forman parte de la categoría minimista, pero con el espacio necesario para todo lo que necesitas en la carrera, siempre a tu alcance. No se mueven durante la actividad y siguen cada movimiento permitiéndole beber cuando quieras. Extremadamente eficientes, son la solución de transporte más avanzada, realizada con las aportaciones de los mejores atletas.
Otro accesorio aún menos voluminoso es el cinturón, para todos aquellos que quieren tener los hombros libres, pero tener con ellos lo necesario. Algunos pueden contener botellas de agua y otros, flasks. Una alternativa muy útil también para llevar suplementos y teléfonos móviles contigo.
La elección también depende del tipo de uso: generalmente en competición, para facilitar el acceso a los líquidos, se recomiendan mochilas que permitan beber sin parar. En el entrenamiento, sin embargo, donde se deja de beber más fácilmente, incluso con breves pausas, puede ser más cómodo un cinturón.
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Karen Pozzi