Cómo elegir tu chaqueta de bici para el invierno
La elección de una chaqueta de bici para el invierno es una cuestión delicada, al igual que la elección del culote. En primer lugar, porque con el invierno no se juega. Así que hay que llevar un producto que caliente bien y no maree, manteniendo la transpirabilidad adecuada. En segundo lugar, porque las chaquetas son muy caras y nos gusta que gastéis bien vuestro dinero.
Hay muchas propuestas en el mercado, pero para entender realmente algo, deberíamos empezar con una distinción macro de las chaquetas:
- Chaquetas o chalecos a prueba de viento y de lluvia
- Chaquetas cortavientos con membrana transpirable
- Chaquetas cortavientos térmicas con membrana transpirable
Estas tres categorías están diseñadas para condiciones climáticas muy diferentes. La primera categoría es la más versátil y utilizada tanto en invierno como en verano, tanto en el ciclismo de montaña como en el de carretera.
Para el entretiempo, cuando empieza a hacer un poco de calor-frío y nos encontramos con situaciones de temperatura variable durante la salida, se recomienda la segunda categoría.
La tercera es la chaqueta para los inviernos fríos, y para saber cómo elegir la adecuada, hay que tener en cuenta una serie de detalles muy importantes. Aquí van.
1. La transpiración
Una chaqueta que no transpira no es buena: es enemiga de la salud y por eso hay que evitar las chaquetas a prueba de lluvia en invierno, excepto cuando se va cuesta abajo. En cambio, las membranas cortavientos, como la Windstopper, han revolucionado la ropa deportiva de invierno y son perfectas: son transpirables, finas, elásticas y ligeras, y favorecen el ajuste de la chaqueta.
Así que, en primer lugar, asegúrate de que hay una membrana a prueba de viento.
2. El calor
Se le llama fleece a esa capa «afelpada» que proporciona un aislamiento térmico adecuado: es el mismo que se encuentra en los pantalones. Sólo es necesario si se practica el ciclismo en zonas muy frías (por debajo de los 5 grados centígrados) o si sois personas frioleras.
3. La ventilación
Algunas chaquetas tienen cremalleras que permiten la entrada de aire, cuando estamos sometidos a un gran esfuerzo y el calor sube, por ejemplo. Suelen estar en la parte delantera, en los laterales o bajo las axilas. Son perfectas si se pedalea cuesta arriba y, por lo tanto, si la temperatura del cuerpo cambia considerablemente.
4. La espalda
Si la espalda también tiene un forro polar es probable que sea cálida, pero hay que tener cuidado, ya que para garantizar el calor también debe tener una membrana cortavientos: es preferible que la espalda esté construida igual que la parte delantera.
Si este no es el caso, es decir, si la espalda es más «ligera», entonces se encuentra en algún lugar entre las categorías 2ª y 3ª mencionadas anteriormente, pero también hay que decir que si se practica el ciclismo de montaña y se lleva una mochila durante el viaje, la parte trasera de la chaqueta puede no tener una membrana cortavientos.
5. Las muñequeras
El aire frío no debe entrar en las mangas, así que si queréis una chaqueta realmente cálida, elegid una con puños elásticos o ajustables: esto es necesario para conducir a velocidades superiores a 30 km/h durante largos tramos, es decir, especialmente en una bicicleta de carretera.
6. El cuello
El cuello debe ser alto, posiblemente con un forro interior suave que entre en contacto con la piel. Si no es el caso, se recomienda el uso de un tubular para cubrirse, como el Buff.
7. La cremallera frontal
Nota: la cremallera suele proteger bien contra las corrientes de aire, pero las mejores chaquetas tienen un peto en el interior que aísla de forma óptima la chaqueta. Este es un detalle que no debe pasarse por alto, especialmente para las bicicletas de carretera en invierno.
8. ¿Y debajo de la chaqueta?
Se puede tener la mejor chaqueta del mercado, pero lo que se lleva debajo es vital. Si la chaqueta es muy cálida, es decir, tiene una membrana cortavientos y un forro polar, suele ser suficiente con llevar sólo una camiseta interior de manga larga. Para las personas especialmente frioleras, o si la temperatura exterior es inferior a -5/-10°C, se puede considerar la posibilidad de añadir un maillot térmico, preferiblemente con cremallera completa.
Stefano Francescutti
