Ciclismo y dolores en la zona perineal: cómo prevenirlos
Los dolores en la zona perineal son tal vez el problema más importante para los que aman montar en bicicleta. Le puede pasar a todo el mundo, tanto a los ciclistas experimentados como a los novatos: para los primeros, la causa se debe a menudo a las muchas horas que se pasan en el sillín, mientras que, para los otros, la motivación reside en la necesidad de acostumbrarse a la posición.
La buena noticia es que el dolor, el enrojecimiento y la forunculosis se pueden prevenir con algunas medidas importantes.
Intentemos analizar las molestias que con más frecuencia afectan a la zona perineal, intentando identificar cuáles son las causas y, lo que es más importante, la forma de resolverlas.
1. Enrojecimientos y rozamientos
El enrojecimiento y la irritación por rozamiento son unos de los mayores problemas relacionados con el sillín, se refieren sobre todo a aquellos que acaban de empezar con la bicicleta y que, por lo tanto, aún no han desarrollado lo que antes se llamaba «callo». En particular, estos problemas se derivan del roce de la piel con la parte inferior de los pantalones cortos, especialmente en la zona de la ingle, agravado por la abundante transpiración.
Soluciones
- Utilizar cremas específicas para la parte superior del sillín: tienen una función anti roce y a menudo también contienen principios calmantes y anti bacterianos
- Usar culote de calidad elegir una buena badana, pero también una prenda con un «corte» anatómico que garantice un ajuste óptimo. También es importante elegir la talla adecuada, ya que un culote demasiado ancho tiende inevitablemente a moverse y, por lo tanto, aumenta los problemas asociados al roce.
2. Dolor o hinchazón en el área de la tuberosidad isquiática
Los huesos isquiáticos son los dos puntos de mayor contacto en el sillín, especialmente para aquellos que pedalean en una posición cómoda (con poca diferencia de altura respecto al manillar). A veces esto se convierte en edemas debido a la presión excesiva.
Soluciones
- Elegir un sillín adecuado a la forma física de cada uno y a posición encima de la bicicleta: es importante que el sillín tenga una anchura adecuada a la de los huesos isquiáticos.
- Aumentar la diferencia de altura del manillar, ya que esto permitirá que la pelvis gire ligeramente hacia delante y que el peso del cuerpo se desplace en parte desde los huesos isquiáticos hasta la zona perineal.
3. Foruncolosis e infecciones
La forunculosis es otra enfermedad frecuente y muy molesta para los ciclistas.
Normalmente se origina a partir de pelos que se arrancan debido al roce continuo, y vuelven a crecer debajo de la piel. Otras veces, simplemente se origina a partir de infecciones subcutáneas causadas por la acción bacteriana. Si el problema se presenta con frecuencia, es aconsejable consultar a un médico, ya que en los casos más graves es necesario cortar el absceso (con el consiguiente período de paro prolongado).
Soluciones
- Atención a la higiene íntima: es precisamente la proliferación de bacterias la que facilita el desarrollo de los forúnculos. Lavarse con jabones antibacterianos y pH ácido antes y después de la actividad.
- Los culotes y pantalones cortos deben lavarse con cada uso, preferiblemente con la adición de desinfectantes al detergente normal.
- Utilizar cremas antibacterianas y antiroce, que reducen el riesgo de que se formen forúnculos.
- Si la forunculosis ya está en curso, acudir a un médico con una crema especial (a base de antibióticos o bactericidas). En los casos más graves puede ser necesario recurrir a la terapia antibiótica general.
4. Entorpecimientos de genitales y dolores durante la micción
Si se regresa de largos paseos en bicicleta con los genitales «dormidos» o con molestias más o menos intensas durante la micción, la motivación radica en una compresión prolongada e intensa en la zona perineal, lo que resulta en una inflamación de la uretra.
Soluciones
- Bajar la punta del sillín de 1 o 2 grados, para reducir la presión en la zona perineal (lo ideal es una inclinación total de 7/8 grados).
- Reducir ligeramente la diferencia de altura entre sillín y manillar, una postura más erguida en la bicicleta desplaza la presión desde la zona perineal hacia los huesos isquiáticos.
- Elegir a un sillín con orificio o canal central.
- Levantarse más frecuentemente sobre los pedales y cambiar de posición de vez en cuando, para aliviar la presión y ayudar a restablecer la circulación en las zonas afectadas.
Encuentra todos los productos de ciclismo en Deporvillage
Stefano Francescutti