¿Cambio electrónico o mecánico?
¿Cambio electrónico o mecánico? Buena pregunta, seguro que todos nosotros nos la hemos hecho alguna vez, especialmente cuando estamos pensando en renovar la bicicleta.
En primer lugar, y hablando claro, tenemos que pensar: ¿merece la pena gastar una cantidad de dinero superior para comprar una bicicleta con cambio electrónico? ¿Es el componente que queremos priorizar?
La subjetividad, como siempre, manda: dar una respuesta inequívoca no es fácil, pero podemos intentar profundizar el tema valorando aspectos objetivos, que como suele ocurrir serán unos a favor de lo electrónico, otros a favor de lo mecánico.
1. ¿Mejora el rendimiento?
El rendimiento, en el sentido de una mejora en el rendimiento de la bicicleta, no cambia. Si lo que se busca es una disminución del peso o una mejora del rendimiento, sin duda es mejor invertir el dinero en otro producto. ¿Un ejemplo? las ruedas.
2. La diferencia de precio
El doble. Es la diferencia de precio que hay, más o menos, entre un grupo mecánico y uno del mismo nivel pero electrónico.
Cuidado, sin embargo, porque, muy a menudo, una bicicleta equipada con un sistema electrónico tendrá un conjunto de componentes de mayor calidad que una bicicleta equipada con un cambio tradicional. Así que no se crea que la diferencia viene sólo del grupo.
3. La gran diferencia
La diferencia sustancial entre un cambio tradicional y uno electrónico radica en el cambio más potente y rápido, sobre todo si nos referimos al desviador: es aquí, de hecho, donde podemos ver la principal diferencia entre los dos tipos de grupo.
Un grupo electrónico es más potente, y esto se aprecia sobre todo en condiciones de cambio extremo, como en tramos irregulares o en situaciones de esfuerzo. Puede no ser lo mejor para la cadena, pero con el grupo electrónico es posible cambiar incluso si la transmisión está muy apretada. Y todo ello sin el menor esfuerzo: simplemente pulsando un botón.
4. ¿Y si llueve?
Es entonces cuando se puede apreciar aún más la diferencia. Los cambios electrónicos modernos son completamente resistentes al agua y, además, la suciedad, el agua y la humedad hacen que los cables se deslicen con menos suavidad dentro de las vainas de los grupos mecánicos.
5. Mandos
Los mandos de los grupos electrónicos son más pequeños y suelen ser más agradables. La diferencia se acentúa al comparar los grupos con frenos de disco frente a los grupos con frenos tradicionales.
6. Duración de la batería
El mayor problema al cambiar a un grupo electrónico es que no hay que olvidarse nunca de mantener la batería bajo control, pues de lo contrario se corre el riesgo de quedarse tirado.
Por otro lado, hay que decir que no es imposible, al contrario, comprobar el estado de la batería es realmente fácil y rápido.
7. Mantenimiento
Si se sabe cómo hacerlo, el ajuste del cambio trasero y del desviador de los grupos electrónicos es más fácil y rápido que con un grupo mecánico.
No es necesario sustituir periódicamente los cables y las vainas para conservar la funcionalidad y la precisión del cambio. También está claro que, en caso de problemas de software, es necesario intervenir con programas especiales de diagnóstico.
Coste de las reparaciones y de las piezas de recambio
Si se rompe un mando o el cambio electrónico, la situación se vuelve grave: los costes son más o menos el doble en comparación con los mismos componentes mecánicos.
En conclusión… depende
Elegir un cambio tradicional o uno de electrónico dependerá mayoritariamente del uso que se haga de la bicicleta. Por ejemplo, nunca podríamos recomendar un cambio electrónico a una persona que utiliza su bicicleta para realizar viajes largos, donde las averías están a la orden del día y es mucho más fácil solucionarlo si se trata de un cable y no de un software.
Pero también es justo decir que, desde el punto de vista del manejo de la bicicleta, una vez que se ha probado la electrónica es difícil volver atrás.
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Stefano Francescutti