¿Qué aportan?
Uno de los gadgets que más protagonismo han cobrado en los últimos tiempos entre los deportistas de resistencia son las botas recuperadoras o más técnicamente, llamadas también botas de presoterapia. Es habitual hoy en día ver como en la llegada de cualquier maratón o media maratón, carreras de montaña o pruebas ciclistas de larga distancia, los deportistas reposan con unas botas que mediante la presión de aire, simulan un masaje recuperador en sus piernas.
Es un método que no requiere esfuerzo y debido a la portabilidad de estas botas, puede aplicarse en la misma meta de una carrera, como decimos, pero también en el hotel, en casa o en cualquier lugar donde haya un espacio para sentarse
¿Cómo funcionan realmente?
Su mecanismo es muy sencillo. Mediante un compresor de aire a modo de unidad central, se inflan unas botas que envuelven las piernas del deportista. El aire además va ocupando los diferentes compartimentos estancos que forman las botas, de manera que el aire va introduciéndose en las botas por fases y zonas, generalmente, comenzando por la zona de los pies hasta llega a la zona de las ingles. De esta manera se consigue una presión ascendente, desde abajo arriba, tal y como se recomienda en la aplicación de masajes deportivos y de cualquier otra índole.
La mayoría de botas de presión del mercado disponen de varios programas y posibilidades de customizar la presión dependiendo de la intensidad y la frecuencia que necesite cada deportista y cada situación concreta.
Esta presión del aire contra las piernas, efectivamente, simula el efecto de un masaje drenante y de descarga muscular gracias a la aceleración del retorno venoso.
¿Qué beneficios tiene?
Los beneficios de las botas de presoterapia son muchos, para el deporte y también para la salud, no en vano, la procedencia de este dispositivo se remonta al ámbito clínico y de la fisioterapia. En todo caso, vamos a repasar los beneficios específicos que aportan a la población deportista de toda índole, desde los profesionales a los amateurs. Los podemos clasificar en cuatro, fundamentalmente.
- El primero de ellos es que potencia y reactiva el drenaje linfático y con ello, acelera la eliminación de sustancias de desecho producidas durante la competición o el entrenamiento.
- El segundo es que favorece el aporte de oxígeno a los músculos, pues acelera el flujo sanguíneo y esto provoca un mayor efecto de limpieza en el tejido muscular, generalmente, dañado e incluso inflamado tras actividades físicas intensas. La consecuencia de estos dos primeros efectos es que las botas mejoran la recuperación post esfuerzo, muy interesante para deportistas que entrenan duro en días consecutivos o en quienes participan en pruebas por etapas o compiten también varios días.
- El tercero es que con la aplicación de la presoterapia de las botas el deportista siente menor sensación de piernas cansadas o fatigadas. La percepción tras una sesión con las botas es de tener las piernas más ligeras y preparadas para esfuerzos posteriores, algo que también mentalmente refuerza al deportista.
- El cuarto es que su uso puede reducir el riesgo de padecer lesiones por sobrecarga o sobreesfuerzo, gracias a la mayor relajación muscular que se consigue con su aplicación continua.