El pasado 5 de octubre, dos miembros del equipo deporvillage, Oriol Massó y Daniel Escamilla, se enfrentaron a uno de los desafíos más épicos del calendario de las carreras de montaña: la Salomon Ultra Pirineu, conocida por sus 100 km y 6.600 metros de desnivel positivo celebrada en el impresionante Parc Natural del Cadí Moixeró. ¡Te contamos con detalle tal y cómo fue!

Bagà: El latido del trail

Bagà respira un aire distinto cuando llega la Salomon Ultra Pirineu. Es el punto de encuentro de quienes no temen las montañas y de aquellos que encuentran en el desafío una fuente de vida. El viernes 4 de octubre, Oriol y Dani se unieron a cientos de corredores que, con una mezcla de nervios y entusiasmo, recogieron sus dorsales y equipos en el pabellón de la localidad. Pero más allá de la logística y la preparación, había algo inconfundible en el ambiente: una energía que sólo se vive entre quienes saben que están a un paso de la aventura de sus vidas.

Después de vivir esa vibrante atmósfera, cargados de emoción, nos retiramos a descansar. ¡El gran día se acercaba y la aventura que les esperaba prometía ser épica! ¡Estábamos más que listos para lo que vendría!

La carrera: un reto para los gigantes

La madrugada del sábado 6 de octubre, Bagà vibraba en su núcleo, como si el aire mismo supiera lo que estaba por venir. A las 4:00 en punto, Oriol y Dani, junto a una marea de corredores, se dirigieron al pabellón, recogiendo sus bolsas de vida y los últimos elementos que los conectarían con la montaña en las próximas horas. 

Mientras avanzaban hacia la línea de salida, el silencio de la madrugada se transformaba en expectación palpable, una chispa colectiva que encendía el corazón del pueblo. El centro de Bagà reunía a 1.300 corredores de alma resistente, preparados para encarar la aventura de los 100 kilómetros. Entre respiraciones contenidas y miradas decididas, las luces de la plaza se apagaron. Las frontales se encendieron, iluminando el inicio de un recorrido salvaje y emocionante.

A las 5:30 en punto, y con una energía que rozaba lo indescriptible, el sueño de muchos comenzó a materializarse: el inicio de la Salomon Ultra Pirineu 100K había llegado.

Sumando kilómetros

Un breve y revitalizante descanso en Rebost marcó el primer respiro para Oriol y Dani, quienes, con energía renovada, se dirigieron hacia el Refugio de Niu d’Àliga, en el kilómetro 16. Con 2.024 metros de desnivel positivo ya superados, el terreno se hacía más empinado y la temperatura comenzaba a descender, añadiendo otra capa de desafío. Pero nada parecía detenerlos. La fuerza del aliento de los voluntarios y el ánimo de quienes los acompañaban se sentía en cada paso, manteniendo a nuestros corredores firmes y enfocados.

El tercer avituallamiento fue en el Serrat de les Esposes, kilómetro 30, con 2.571 metros de desnivel positivo acumulado. Oriol llegó con un tiempo de 3:58:05 y Dani con 04:00:47, también logrando recargar fuerzas con comida y sales minerales. ¡Estaban hechos de pura gasolina!

Una vez descansados e hidratados, ¡estaban listos para seguir sumando más kilómetros! 

Desde el primer kilómetro, Oriol y Dani demostraron una valentía a prueba de montañas y una resistencia que sólo quienes conocen el rigor del trail running pueden comprender. Pero en una prueba de esta magnitud, el cuerpo es un enigma, y las dificultades pueden surgir en cualquier momento. Después de atravesar seis avituallamientos y habiendo recorrido ya una gran parte del circuito, Oriol tuvo que enfrentar una realidad dura: molestias en la rodilla y problemas de alimentación lo llevaron a tomar la decisión de detenerse en Gósol.

A pesar del agotamiento y el dolor, Oriol no se rindió fácilmente. Cruzó el kilómetro 60 con 4.358 metros de desnivel positivo y un tiempo de 9:22:18, un logro que merece ser celebrado como una victoria. En cada paso, Oriol demostró una resistencia y una valentía fuera de lo común, sabiendo que a veces, el mayor triunfo es escuchar al propio cuerpo y reconocer la grandeza de lo alcanzado.

Por su parte, Dani Escamilla continuó con un ritmo sólido, logrando cruzar la línea de meta en Bagà tras 13:59:30 horas de esfuerzo. A lo largo de cada kilómetro y cada terreno técnico, las zapatillas Genesis fueron sus aliadas, adaptándose a cada paso y brindando la estabilidad necesaria para superar desniveles y zonas irregulares.  Así es como lo experimentó Dani: ‘’Es una zapatilla camaleónica que se adapta a todo tipo de terrenos y, a medida que pasan las horas y acumulas fatiga, sigue siendo ultra cómoda y estable.’’

Su logro muestra su perseverancia y dedicación, superando cada reto y disfrutando de los impresionantes paisajes y senderos de los Pirineos. ¡Todo un ejemplo de que no hay límite para lo que se puede alcanzar cuando se trata de pasión! 

Esta experiencia inolvidable quedará en la memoria de quienes la vivieron, demostrando una vez más nuestro compromiso con crear momentos deportivos únicos.

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