10 consejos para un Granfondo bajo la lluvia
Un Granfondo bajo la lluvia es la pesadilla de todo ciclista. Te has estado preparando durante meses, te fijaste un objetivo estacional, te levantas por la mañana y… ¡Está lloviendo a cántaros!
¿Qué hacer? ¿Vamos o no vamos?
Esta es una situación en la que todos hemos estado al menos una vez y todos nos hacemos la misma pregunta. La elección de qué hacer es estrictamente personal: si no estás convencido o no te apetece, no te tiene que saber mal retirarte.
Pero si «retirarse» no forma parte de tu vocabulario, veamos 10 consejos útiles para enfrentar mejor la carrera.
1. Presión de los neumáticos
Cuando llueve, es esencial bajar la presión de los neumáticos para tener mayor agarre en el suelo.
El consejo es mantenerse cerca del límite más bajo del rango recomendado, que está escrito en la cubierta.
2. El lubricante
La lluvia retira el aceite de la cadena, especialmente si es muy fluido. Por lo tanto, en una carrera de 4 o 5 horas, es fácil encontrarse con la cadena trabajando en los piñones «en seco», y sus consecuencias ya te las puedes imaginar.
Prácticamente todas las compañías producen lubricantes específicamente para condiciones húmedas y/o invernales en general, por lo que es muy fácil de comprar. No ahorres.
3. Zona de freno de aluminio
Si tienes una bicicleta con un freno de disco, no hace falta que tengas en cuenta este consejo. Si por el contrario llevas los frenos tradicionales, es muy importante.
Si bien es cierto, las ruedas de carbono modernas, combinadas con los frenos adecuados, han hecho grandes progresos. Pero no podemos negar que las ruedas con la zona de freno de aluminio son definitivamente más fáciles de usar y más seguras. El frenado en este caso es más uniforme y eficiente.
Otro consejo, siempre con respecto a las ruedas: si tienes dos juegos de ruedas, elige las de perfil más bajo, te permitirá una conducción menos nerviosa en un día ciertamente difícil.
4. Equipación
Está lloviendo, de acuerdo. Pero no estamos en Alaska. Uno de los errores más comunes es abrigarse demasiado y, sobre todo, llevar ropa demasiado pesada.
El mercado ofrece ropa transpirable e impermeable, perfecta para pedalear bajo la lluvia sin sufrir el calor o el frío.
Cuidado con las perneras o los pantalones largos… a veces, es mejor aplicarse un aceite de calor sobre las piernas: esto permitirá que el agua resbale sobre tus piernas y evitarás pedalear con tus pantalones empapados.
5. Los accesorios
Las extremidades son siempre las partes que más sufren con la lluvia y el frío. Pensar que se mantengan totalmente secas es una utopía, pero el uso de guantes y cubrezapatos técnicos ayuda.
Tus manos, aunque vaya a hacer calor, necesitarán guantes para agarrar mejor el manillar.
En cuanto a la cabeza: si tienes uno de esos cascos preparados para la lluvia, monta las protecciones que permiten que se cierre completamente. Alternativamente, hay muchos gorros impermeables en el mercado, que recomendamos.
6. El descenso
Aquí hay un consejo técnico de conducción. El descenso es definitivamente uno de los momentos más críticos durante un Granfondo bajo la lluvia, pero veamos cómo lidiar con ello.
- Reduce la velocidad, conduce con suavidad y evita los frenazos o las maniobras bruscas
- Dóblate menos en las curvas, pero no te bajes demasiado rígido
- Evita las rayas blancas que se vuelven muy resbaladizas con la lluvia.
- Empieza a frenar antes porque la frenada será mucho más larga de lo normal
7. Rodar en grupo
Una cosa es pedalear solo o con un amigo en un día lluvioso. Otra es el ciclismo en grupo. Como se puede imaginar, esto implica mayores riesgos. Dos consejos:
- Aumenta la distancia que normalmente mantienes con los demás
- Si es posible, intente pedalear en el exterior del grupo, para tener una vía de escape lateral en caso de problemas
8. ¡Comer!
La lluvia te mantiene concentrado en la conducción. Y estar demasiado concentrado a menudo hace que te olvides tanto de comer como de beber.
Además, si hace frío, tu cuerpo necesitará más calorías para calentarse, así que tendrás que comer más de lo habitual.
9. Las primeras gotas
Cuando empieza a llover es una cosa. Rodar bajo la lluvia constante es otra. El cambio en las condiciones climáticas es lo que causa más problemas.
En primer lugar porque las primeras gotas son las que hacen que la carretera sea más resbaladiza: el asfalto todavía no está empapado y la suciedad (manchas de aceite y grasa) se mezclará con el agua haciendo del asfalto una pista de patinaje.
Y luego porque será difícil implementar toda la sagacidad de la que hemos hablado hasta ahora, incluso cambiando la técnica de conducción.
10. La mente
Concentración, garra, pero también la cabeza sobre los hombros. Ten cuidado, la prudencia es lo primero.
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Stefano Francescutti